Después del desayuno, dejaremos atrás el condado de Galway y viajaremos hacia el sur en busca de los Acantilados de Moher. Antes cruzaremos “El Burren”, una vasta extensión de tierra caliza protegida por la UNESCO que se extiende ante el Océano Atlántico. Su nombre gaélico, “Terreno Rocoso”, refleja a la perfección el paisaje accidentado y escarpado que nos acompañará en este trayecto. Al llegar a los Acantilados de Moher, nos sentiremos sobrecogidos por su imponente altura de 200 metros sobre el nivel del mar y sus 8 kilómetros de extensión. Experimentaremos una sensación de libertad y conexión con la naturaleza sin igual. Podremos visitar el centro de visitantes. Continuaremos nuestro viaje hacia la ciudad de Limerick, donde habrá tiempo libre para pasear por sus calles y almorzar frente al rio Shannon. Tras el almuerzo, pondremos rumbo hasta llegar al condado de Cork, conocido como “El Valle del Oro”.  Esta región cuenta con espectaculares paisajes, riqueza cultural y gastronómica, y una herencia histórica que compite con otras grandes ciudades de Irlanda. La producción de cebada convirtió a Cork en una de las principales productoras de whisky del país. En Cork, realizaremos una panorámica por la ciudad, recorriendo lugares emblemáticos como la Iglesia de Santa Ana Shandon, famosa por su campanario inclinado, el Reloj de la Mentira y la Catedral Protestante de San Finbar. Descubriremos que Cork, al igual que Venecia, es una ciudad construida sobre agua y que alberga uno de los puertos comerciales más grandes del mundo. Alojamiento